Tu Propio Oasis: La Guía Realista para Construir un Estanque en el Jardín (y no Fracasar)
Llevo un montón de tiempo con las manos en la tierra y el agua, he montado desde pequeños charcos con encanto en patios de ciudad hasta estanques señoriales en fincas. Y si algo he aprendido es que cada uno es un pequeño universo. Un estanque bien hecho no es, para nada, un simple agujero lleno de agua. Es, literalmente, crear un ecosistema en miniatura. Es el corazón que bombea vida a todo tu jardín.
El problema es que mucha gente se emociona, coge la pala sin más y… acaba con una sopa verde de algas que da más problemas que alegrías. Por eso, quiero compartir contigo lo que funciona de verdad, para que tu estanque sea ese rincón de paz que sueñas y no una pesadilla de mantenimiento.
1. Antes de la Pala, el Papel: La Planificación es Tu Mejor Amiga
En serio, antes de mover un solo terrón de tierra, siéntate a pensar. Una buena planificación es el 90% del éxito. Un fallo aquí te costará tiempo, dinero y muchos quebraderos de cabeza más adelante.

¿Dónde lo pongo? La ubicación lo es todo.
Busca un sitio que reciba unas 5 o 6 horas de sol directo al día. Esto es el punto dulce para la mayoría de plantas acuáticas con flor, como los nenúfares. Ojo, si vives en una zona de mucho calor, demasiado sol puede convertir tu estanque en un caldo de cultivo para las algas. Por otro lado, la sombra total limitará mucho las plantas que puedes poner. Y un consejo de oro: aléjalo de los árboles de hoja caduca. Parece una tontería, pero te aseguro que pasarte el otoño sacando hojas podridas del fondo con una red no es el hobby que quieres tener.
Tamaño y profundidad: no es solo cuestión de espacio.
El tamaño dependerá de tu jardín, claro, pero la profundidad es una decisión técnica crucial. Si solo quieres plantas, con unos 40-50 cm vas que chutas. ¿Pero sueñas con tener peces? Entonces necesitas más profundidad. En la mayor parte de la península, una zona que alcance entre 80 cm y 1 metro es fundamental. Esto crea un refugio para que los peces pasen el invierno, ya que el agua del fondo nunca llega a congelarse del todo. He visto estanques enteros perdidos por no tener esa zona de seguridad.

Un truco poco conocido que da resultados espectaculares es diseñar el estanque con diferentes niveles, como terrazas. Un primer escalón a 20-30 cm para plantas de ribera (palustres), otro a 40-60 cm para las de hojas flotantes, y finalmente la zona más profunda. Esto no solo le da un aspecto súper natural, sino que es mucho más sano para el ecosistema que vas a crear.
2. Manos a la Obra: Excavación y el Secreto de la Larga Vida
Diseño en mano, llega el momento de sudar un poco. Aquí la paciencia es tu mejor aliada.
La excavación y el nivelado perfecto.
Marca la forma en el suelo, puedes usar una manguera de jardín para visualizarla. Y ahora, un consejo para ahorrarte un dolor de espalda: riega bien la zona que vas a excavar el día anterior. La tierra estará mucho más blanda y la pala entrará como en mantequilla. Mientras cavas, ve formando las terrazas que planeaste. Lo más importante es que los bordes del estanque queden PERFECTAMENTE a nivel. Si un lado está un centímetro más bajo, el agua se saldrá por ahí y se verá el borde de la lona, ¡un desastre estético! El método infalible de toda la vida: una tabla larga y recta con un nivel de burbuja encima. Compruébalo en todas las direcciones.

La impermeabilización: aquí no se puede ser tacaño.
Básicamente tienes dos caminos: los estanques prefabricados de plástico, que son más fáciles de instalar pero te limitan totalmente en forma y tamaño, o las lonas flexibles. Francamente, yo casi siempre opto por la lona.
Ahora, ¿qué lona elegir? Tienes la de PVC, más económica, que te puede salir por unos 4-6€ el metro cuadrado. Te durará unos 10-15 años si todo va bien. Pero si quieres hacer una inversión para toda la vida, mi recomendación es la lona de EPDM. Es un tipo de caucho sintético, más caro (prepárate para unos 8-12€ por metro cuadrado), pero es increíblemente resistente a los pinchazos y al sol. Un estanque con EPDM bien puesto te puede durar más de 30 años sin problemas. Antes de colocar CUALQUIER lona, es imprescindible poner debajo una manta geotextil. Es como un fieltro grueso que la protegerá de cualquier piedra o raíz afilada. Un pinchazo minúsculo puede vaciarte el estanque sin que te des cuenta.

Ah, sí, la pregunta del millón: ¿cuánta lona compro? Para no quedarte corto, la fórmula es sencilla:
- Largo de la lona = Largo del estanque + (2 x Profundidad máxima) + 1 metro de margen.
- Ancho de la lona = Ancho del estanque + (2 x Profundidad máxima) + 1 metro de margen.
3. El Sistema de Filtración: El Corazón Mecánico del Estanque
El agua estancada se pudre. Necesitas movimiento y limpieza, y para eso están la bomba y el filtro. La regla general es que todo el volumen de agua de tu estanque debe pasar por el filtro, como mínimo, una vez cada dos horas.
¿Cómo sé cuántos litros tiene mi estanque? ¡Fácil! No necesitas ser un genio de las mates. Mide en metros y aplica esta fórmula: Largo x Ancho x Profundidad media x 1000 = Litros totales. Si tu estanque tiene 4.000 litros, necesitarás una bomba que mueva al menos 2.000 litros por hora (l/h).

La bomba y el filtro. La bomba debe ser específica para estanques, diseñada para funcionar 24/7. Un buen kit de bomba y filtro para un estanque de tamaño medio puede costar entre 150€ y más de 300€. Asegúrate de que el filtro tenga tres etapas clave:
- Mecánica: Unas esponjas que atrapan la porquería grande (hojas, restos de comida…).
- Biológica: Un material poroso (como canutillos cerámicos) donde anidan bacterias buenas. Estas bacterias son tus aliadas, convierten los desechos tóxicos de los peces en nutrientes para las plantas.
- Lámpara Ultravioleta (UV-C): Imprescindible. Es una luz que fulmina las algas microscópicas que ponen el agua de ese horrible color verde.
¡Cuidado! Y esto es muy importante. Agua y electricidad es una combinación peligrosa. La instalación eléctrica para la bomba y el filtro debe hacerla un electricista cualificado, con su propia línea y su diferencial. No te la juegues con esto, por favor.
4. El Toque de Vida: Creando el Equilibrio Natural
Con el estanque lleno y el filtro funcionando, llega lo más bonito. Pero con calma, no se puede meter todo de golpe.

El ciclado: un poco de paciencia. Antes de meter peces, el filtro necesita “madurar”. Las colonias de bacterias beneficiosas tardan entre 4 y 6 semanas en establecerse. Este proceso se llama ciclado. Si metes los peces antes, se intoxicarán con sus propios desechos. Hay productos con bacterias de inicio que aceleran el proceso, disponibles en cualquier centro de jardinería.
Las plantas, tus mejores trabajadoras. Son los pulmones del estanque. Necesitas una buena variedad:
- Oxigenadoras: Viven totalmente sumergidas y liberan oxígeno. Son fundamentales.
- De ribera (palustres): Juncos, lirios… Sus raíces son filtros naturales excelentes.
- Flotantes: Dan sombra, lo que ayuda a mantener el agua fresca y a raya a las algas. (Consulta si alguna es especie invasora en tu zona antes de comprar).
- Nenúfares: Las estrellas del estanque. Su sombra es vital para el equilibrio.
Los peces. Para empezar, los cometas o shubunkins son resistentes y perfectos. Los famosos peces koi son preciosos, pero crecen una barbaridad y necesitan estanques muy grandes y una filtración potentísima. Una buena regla para no sobrepoblar es calcular no más de 25 cm de pez adulto por cada 1.000 litros de agua. Empieza con pocos, siempre estás a tiempo de añadir más.

5. Mantenimiento y Solución de Problemas Comunes
Un estanque no es una piscina, no lleva cloro. Su mantenimiento se parece más al de un jardín.
Tareas habituales: Limpia la esponja del filtro cuando veas que baja el caudal (¡usa agua del propio estanque para no matar las bacterias!), rellena el agua que se evapora en verano y retira las hojas secas de las plantas. Por cierto, cuando rellenes con agua del grifo, un buen truco es dejarla reposar en un cubo 24 horas para que se evapore el cloro antes de echarla.
El temido “agua verde”. Es el problema número uno. Son algas. Suele ocurrir por exceso de sol, demasiados peces o falta de plantas. La solución es un combo: más plantas que compitan por los nutrientes, no sobrealimentar a los peces y asegurarte de que tu lámpara UV-C funciona y es del tamaño adecuado.
En invierno. En zonas frías, deja de alimentar a los peces cuando el agua baje de 10°C. Si hay riesgo de heladas fuertes, desconecta cascadas o fuentes para que no se rompan las tuberías y asegúrate de que una pequeña parte de la superficie quede sin helar para el intercambio de gases.

Montar un estanque es un proyecto que te conecta de una forma increíble con la naturaleza. El sonido del agua, ver llegar a las libélulas, el movimiento sereno de los peces… es pura magia. Requiere un esfuerzo inicial, sí, pero el resultado es un espectáculo vivo que cambia con cada estación y que disfrutarás durante años.
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¿Puedo añadir una capa de tierra de jardín en el fondo para un look más

El toque final es el borde. Un borde de lona visible rompe toda la magia. La clave es camuflarlo para integrar el estanque en el paisaje. Superpón lajas de pizarra o granito para crear un borde definido y elegante, o apuesta por una transición más suave con cantos rodados de distintos tamaños. Permitir que plantas rastreras como la Lysimachia nummularia ‘Aurea’ se derramen sobre las piedras creará un efecto espectacular.

Según un estudio de la Universidad de Sussex sobre paisajes sonoros, los sonidos del agua son de los más efectivos para reducir el estrés y promover un estado de relajación, al disminuir la actividad en la red neuronal por defecto del cerebro.

Lona de PVC: La opción más económica, ideal para presupuestos ajustados y estanques pequeños. Es más ligera, pero también más rígida en climas fríos y menos resistente a los rayos UV y a las perforaciones a largo plazo.
Lona de EPDM: Es la inversión del profesional. Marcas como Firestone PondGard ofrecen garantías de más de 20 años. Es extremadamente flexible, muy duradera y fácil de reparar. Su coste inicial es mayor, pero su longevidad la convierte en la opción más inteligente.

Un estanque es un imán para la vida. Más allá de los peces, puedes atraer una fauna fascinante con pequeños gestos:
- Crea una
El corazón invisible: El sistema de filtración. No es un extra, es el riñón de tu estanque. Un filtro a presión con clarificador UV integrado, como los de la gama BioPress de Oase, es una solución
Un estanque de aspecto natural no tiene las plantas dispuestas al azar. Se trabaja por