Virus de la gripe – Consejos para recuperarte rápidamente después de la gripe
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La influenza, mucho más conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria sumamente contagiosa. Causada por los virus de la influenza A o B. Como ya sabrás, el virus de la gripe aparece con mayor frecuencia en invierno y principios de primavera. Pero muchas veces, la mayoría de las personas confunden el resfriado con la gripe. Claro que, tanto el resfriado como la gripe son infecciones virales contagiosas del tracto respiratorio. Aunque los síntomas pueden ser similares, la gripe es mucho peor. Un resfriado puede hundirte un poco, pero la gripe puede hacer que te estremezca ante de pensar en levantarte de la cama.
La congestión, el dolor de garganta y los estornudos son comunes en los resfriados. Tanto el resfriado como la gripe pueden provocar tos, aunque es poco común, dolor de cabeza y malestar en el pecho. Pero, con la gripe, es muy probable que tengas fiebre alta por varios días así como dolores corporales, fatiga y debilidad. Otra diferencia es que los síntomas de la gripe, por lo general aparecer de forma repentina e intensamente y puede desarrollar neumonía. Mientras que los síntomas de los resfriados son relativamente menores.
El virus de la gripe tiene un período de incubación entre uno y cuatro días. Los síntomas más graves, por lo general, duran de dos a tres días. Durante este tiempo, lo más probable es que estés confinado a la cama con fatiga, debilidad y fiebre. Por lo general, tendrás síntomas durante alrededor de tres a siete días. Sin embargo, una vez que hayas superado lo peor de la gripe, aún tendrás algunos síntomas persistentes de los que tendrás que recuperarte, que pueden incluir tos seca, fatiga y debilidad.
Cómo recuperarte por completo después de haber tenido el virus de la gripe
En dos semanas deberías recuperarte por completo. Pero, si bien tu cuerpo puede haber combatido la infección con éxito, es posible que no te sientas 100 por ciento bien hasta dos semanas después de haber sido infectado con el virus. Se cree que los virus permanecen en nuestro cuerpo durante varias semanas después de que desaparecen los síntomas. Por lo tanto, es importante seguir algunas reglas después de una enfermedad y aumentar tu inmunidad. Pero es normal sentirse débil y cansado mientras el cuerpo se recupera de la infección.
Cabe mencionar que, si tus síntomas duran más tiempo de lo debido, es mejor que acudas al médico ya que, puede significar que tengas una afección subyacente que te impida recuperarte o que la gripe está causando complicaciones de salud más graves. Pues bien, cuando pases los días más críticos debes evitar los encuentros con nuevos virus, ya que es fácil que te vuelvas a enfermar debido a tu organismo agotado. Evita los lugares con mucha gente, evita estornudar, toser y olfatear a familiares y amigos. También es importante que te laves las manos constantemente.
Dale a tu cuerpo la oportunidad de recuperarse rápidamente
Debes descansar más, trata de dormir más de lo habitual, minimiza el estrés y trata de relajarte. El sueño es la mejor medicina para su cuerpo mientras lucha contra el virus de la gripe y para recuperarte por completo. Acuéstate más temprano de lo habitual y duerme hasta tarde. Puedes tomar una siesta durante el día para que tu cuerpo tenga más tiempo para recuperarse. Además, el descanso y el sueño también reducen el riesgo de sufrir complicaciones graves por el virus de la gripe, como neumonía.
Los primeros días, trata de quedarte en casa, tu cuerpo necesita tiempo y energía para combatir la gripe, lo que significa que tu rutina diaria debe cambiar un poco. Trata en lo posible de no ir al trabajo ni a la escuela hasta que empieces a sentirte mejor. Además que, al estar en casa, también proteges a tus a las demás personas de infectarlos con el virus. Ten presente que, la gripe puede ser peligrosa para los niños y personas mayores, por lo que es fundamental evitar el contacto con otras personas mientras estés contagiado. Quizá pueda ser un poco difícil conciliar el sueño con la nariz tapada y la tos.
Así que puedes considerar utilizar una almohada adicional para apoyar tu cabeza y aliviar la presión de los senos nasales. También puedes dormir con un humidificador o evaporador en la habitación. El aire seco de tu dormitorio puede empeorar tus síntomas. Un evaporador o humidificador agrega humedad al aire y puede ayudar a aliviar la congestión. Existen diversos tipos de humidificadores y evaporadores en el mercado. Entre ellos se incluyen humidificadores de niebla tibia y evaporadores de vapor. Los puedes encontrar en precios muy razonables, así que elige el que más desees. Así mismo puedes tomar un baño o una ducha caliente antes de acostarte.
Aprovecha el sol y el aire libre
En cuanto ya hayas pasado la etapa crítica de la gripe y sientes algo de energía, aprovecha los días soleados. Sal a caminar y disfrutar al aire libre, muévete para aumentar la circulación sanguínea. Esto también acumulará vitamina D, es excelente para la inmunidad, además que el sol es un antidepresivo natural. El cuerpo debilitado por la gripe, necesita aire fresco y limpio, así que también ventila con frecuencia tu hogar. También puedes ir a una sauna para eliminar las toxinas, toma un baño de vapor.
La alimentación es importante
Debes preste atención a una alimentación saludable. El yogur es uno de los alimentos más útiles después de la gripe. Los lactobacilos normalizan la flora intestinal y fortalecen la inmunidad. Pero para asegurarte de que la leche sea real, elije paquetes que digan que es BDS. Sin embargo, a diferencia del yogur, los productos lácteos frescos y otros, forman una mucosidad adicional en el cuerpo. Quizá ya tendrás suficiente mucosidad en la nariz y los bronquios, así que evítalos.
Así mismo, comer de tres a cuatro ajos al día, te ayudara muchísimo. Puedes consumirlo en ensaladas o como desees. Un clásico, es la miel, también tiene muchos beneficios en la lucha contra la gripe. La miel se puede tomar con una cuchara por la mañana con el estómago vacío, siempre que no te irrite el estómago. Una excelente receta para una buena inmunidad, es el jengibre rallado mezclado con miel. Como ya sabrás, las vitaminas son aportadas por frutas y verduras.
Es más recomendable que estas sean consumidas enteras debido a la celulosa, la cual es útil para limpiar los intestinos. De igual manera, unas cuantas tazas de té verde o de hierbas, otorgan los antioxidantes que tanto se necesitan después de una enfermedad. Además que, muchas hierbas poseen efectos antiinflamatorios y expectorantes. Ten en cuenta que, una dieta variada, otorga todos los ingredientes necesarios para un cuerpo sano. Si lo toleras, también podrías agregar algo de picante como los pimientos. Es posible que no tengas mucho apetito, pero de todos modos es importante comer con regularidad para mantener las fuerzas.
No olvides hidratarte
Un síntoma de la gripe es la fiebre, por lo general alta, la cual obviamente puede provocar sudoración. También se podría lidiar con episodios de vómitos. Así que tu cuerpo necesita muchos líquidos para reemplazar los líquidos perdidos y aún más para combatir la infección y recuperarte por completo después de la misma. Por supuesto que, el agua es lo mejor. Pero también puedes beber infusiones con miel. Tanto el agua como las infusiones, pueden tener un efecto calmante sobre tus síntomas mientras te mantienen hidratado. Sin embargo, dos cosas que siempre debes evitar son el alcohol y la cafeína.
Retoma el movimiento
El cansancio general y la tos, pueden durar de dos a tres semanas, así que continúa bebiendo muchos líquidos y aliméntate de manera saludable. Si te gusta mantenerse en forma, entonces espera hasta que la fiebre haya bajado antes de hacer ejercicio. Es posible que sientas la tentación de volver a tu rutina normal, pero solo te agotarás. Es recomendable que hagas tu primer entrenamiento luego de los días críticos de la gripe. Comienza muy ligero, luego progresar gradualmente con el tiempo.
Todo el mundo ha tenido tos de vez en cuando. De hecho, la tos puede tener un propósito útil al eliminar los irritantes o el exceso de moco de los pulmones y prevenir infecciones. La tos puede persistir después de que una persona se haya recuperado de una infección viral. Según una revisión de 2017, una tos post-viral o posvírica, que continúa después de recuperarse de una gripe, por lo general, desaparece por sí sola después de algunos días. Pero, si continúa durante más de tres semanas o más, se considera que la tos posvírica es persistente.
Pues bien, la tos puede persistir después de recuperarte de la gripe por el reflujo faríngeo laríngeo (RLP). Este implica que el ácido del estómago asciende por el esófago y llega a la garganta. El ácido tiende a irritar e inflamar las cuerdas vocales, y la tos es un síntoma común de este problema. Claro que, puede ser difícil para una persona con este reflujo, distinguir la causa de su tos, ya que la LPR por lo general, comienza después de una enfermedad de las vías respiratorias superiores.
Algunos de los síntomas adicionales a la tos del LPR pueden incluir carraspeo frecuente, ronquera y hasta una sensación de que algo está atascado en la garganta. Para ayudar a aliviar la tos, puedes intentar inhalar el vapor de una ducha o baño caliente para abrir las vías respiratorias. Bebe caldos y tés calientes, trata de evitar irritantes como el polen, el humo y el polvo. Quizá habrás notado que la tos es mucho más molesta durante la noche, entonces trata de probar con lo que te indicaremos a continuación.
Prueba un humidificador
Como ya te mencionamos, el aire seco puede empeorar la tos. El aire acondicionado y los ventiladores de refrigeración en verano y los sistemas de calefacción en invierno pueden resecar el ambiente. Así que, intenta usar un humidificador por la noche para agregar humedad al aire donde duermes. Agregar humedad con este método puede ayudar a calmar la garganta y prevenir la tos. Sin embargo, es importante que tomes en cuenta que, demasiada humedad puede contribuir al crecimiento de moho. Este puede ser un alérgeno y provocar aún más tos. Pero puedes usar un higrómetro para verificar el nivel de humedad en una habitación. A menudo, lo puedes conseguir en una ferretería. Un nivel de humedad de alrededor del 50 por ciento en un dormitorio es un buen objetivo.
Beber té con miel
La miel es un remedio tradicional para el dolor de garganta. Puedes crear tu propio remedio en casa mezclando hasta dos cucharaditas de miel con té de hierbas o agua tibia y limón. La miel calma, mientras que el jugo de limón puede ayudar con la congestión. También puedes simplemente comer la miel a cucharadas. El té caliente con miel puede aliviar la garganta, reducir la irritación y aflojar la mucosidad. Claro que, no se debe dar miel a niños menores de un año. Esto es debido al riesgo potencial de una forma de intoxicación alimentaria llamada botulismo.
Eleva la cabeza
La tos suele empeorar por la noche porque la persona está acostada en la cama. La mucosidad puede acumularse en la parte posterior de la garganta y causar aún más la tos. Así que, dormir con la cabeza elevada puede disminuir el goteo posnasal y los síntomas que causan tos por la noche. Puedes clocar en la cabecera de tu cama, algunas almohadas o también una cuña para la espalda. Ciertamente, un cambio en la posición para dormir, puede permitir que la mucosidad fluya sin causar tos.
Haz gárgaras con agua tibia con sal antes de acostarte
El remedio puede parecer relativamente simple, pero hacer gárgaras con agua y sal puede ayudar a calmar la garganta irritada que te provoca la tos. También puede ayudar a eliminar la mucosidad de la parte posterior de la garganta. Para reducir la tos, puedes mezclar una cucharadita de sal en más o menos 6 onzas de agua tibia y hacer gárgaras varias veces antes de acostarte. El agua salada se debe escupir después de hacer gárgaras y no se debe tragar. Así que no es recomendable que los niño menores de seis años hagan gárgaras.
Considera los medicamentos de venta libre o recetados por un profesional
Si lo mencionado anteriormente no te funciona, o si eres de las personas que prefieren tomar medicamentos, consulta a tu médico para que te informe de qué poder tomar. Algunos medicamentos para la tos son de venta libre y por lo general, se clasifican en uno de los siguientes. Los supresores de la tos, los cuales bloquean el reflejo de la tos. Los expectorantes diluyen el moco de los pulmones, lo que facilita su expulsión. Al ayudar a expulsar la mucosidad con la tos, un expectorante puede acortar la duración de la misma. Recuerda siempre consultar a tu médico de confianza. Ya que cabe mencionar que los medicamentos para la tos pueden tener efectos secundarios al interactuar con otros medicamentos.