Hábitos de vida saludable para un sistema inmune fuerte
Contents
Teniendo hábitos de vida saludable, obtendremos un sistema inmune fuerte, lo cual es indispensable para nuestra salud y bienestar. Sin un sistema inmune fuerte y en equilibrio, nuestro cuerpo estará mucho más propenso al ataque de bacterias, virus y otros patógenos que perjudican nuestro cuerpo.
El sistema inmune es una serie de células y tejidos, los cuales siempre están cuidando nuestros cuerpo. Es parte de un todo, por lo cual no debe verse como un sistema separado. El sistema inmune involucra muchísimos tipos de células, tejidos, órganos y proteínas. Una de sus funciones es eliminar las células muertas o que no cumple sus funciones básicas.
Al enfrentarse con algún patógeno, bien sea alguna bacteria, virus o parásito, es cuando ocurre la denominada llamada inmune. Algo curioso e importante de mencionar es que, incluso en la concepción, la inmunidad empieza con la trasmisión genética de las células de los padres. Algunos expertos explican que el sistema inmune actúa de manera adaptativa. Lo cual lleva a proteger al cuerpo al ir desarrollando inmunidad.
¿Cómo funciona el sistema inmune?
El sistema inmune tiene una función compleja. Pero en pocas palabras, su función es proteger al cuerpo de los efectos negativos de los antígenos. Los antígenos son las sustancias que el cuerpo percibe como extrañas. Es una defensa del cuerpo, que lo protege de amenazas tanto internas como externas.
Lo defiende de enfermedades, infecciones, parásitos, virus y mucho más. Según, el sistema inmune se mejora con más o menos cinco litros de sangre y linfa. Los cuales transportan todos los elementos inmunes que combaten los patógenos y otras sustancias.
Líneas de defensa del sistema inmune
La primera está compuesta por los glóbulos blancos o también llamados leucocitos. Los cuales se encuentran en el subcutis y las membranas mucosas y están en contacto directo con el entorno externo. La segunda defensa está formada por los linfocitos T y B.
Estos actúan en la sangre y en las profundidades de los tejidos y órganos. Por lo que son los niveles más profundos de defensa. Estas dos líneas de defensa construyen la base de la inmunidad celular y humoral. Así que la médula ósea y el bazo juegan un papel fundamental en la formación y descomposición de las células sanguíneas.
Como ya sabemos, la fiebre alta no es más que una de las respuestas del sistema inmune a las infecciones. La fiebre puede ser causada por agentes infecciosos como bacterias o virus. El cuerpo ayuda con la lucha contra la infección aumentando la temperatura a un nivel en el que los patógenos no puedan tener las condiciones para su desarrollo.
Los expertos han recomendado que es bueno aplicar algún método contra la temperatura, siempre y cuando sea superior a los 40 grados. O cuando se tiene alguna enfermedad grave. Claro que, en estos casos en particular, se podría tomar aspirina o paracetamol.
Pero los medicamentos disminuye la temperatura de manera artificial por lo que retrasan la curación natural del cuerpo. Los expertos indican que, si tratamos de bajar la fiebre de inmediato, en vez de dejar que el cuerpo luche naturalmente, el efecto beneficiará a las bacterias o virus. En pocas palabras, la temperatura es nuestro defensor natural. Pero cuando la reducimos con medicamentos, automáticamente bajamos la guardia del cuerpo.
Hábitos de vida saludable para fortalecer el sistema inmune
Existen principios y hábitos de vida saludable generales e individuales para mejorar el funcionamiento del sistema inmune. Estos hábitos de vida saludable incluyen la nutrición, suplementos nutricionales. Así como también el movimiento, el aire limpio, sol, suficientes líquidos. De igual manera importante es el sueño, la recuperación, la higiene y hasta la meditación.
Alimentación adecuada
Obviamente, la alimentación es muy importante para mantener una buena inmunidad. Sin embargo, esto no significa que debamos comer de todo y en grandes cantidades. El sistema inmune puede ser perjudicado tanto por comer en exceso como de la privación de sustancias importantes que contienen los alimentos.
Lo más recomendable es que tengas un menú diario compuesto por alimentos ecológicos y de origen vegetal. Esto incluye a las frutas, las verduras, los cereales, las legumbres. También de semillas, nueces, aceitunas y aguacates. Todos estos alimentos estimulan la buena función del sistema inmune.
Esto debido a que son ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales como la vitamina C, E, B9. También poseen betacaroteno, zinc, cobre, selenio, magnesio, potasio, calcio, hierro y más. Los alimentos vegetales enteros sin refinar, igual contienen mucha fibra y fitonutrientes, especialmente polifenoles. Los cuales promueven bacterias buenas en el intestino, por lo que reducen el riesgo de inflamación y enfermedades cardiovasculares.
La fibra también es buena ya que aumenta la concentración de ácidos grasos de cadena corta, los que están vinculados con una mejor inmunidad y función intestinal. Esta nutrición a base de plantas, colabora con una salud intestinal óptima, lo que lleva a un sistema inmune estable y hábitos de vida saludable.
Suplementos nutricionales
Se recomienda incluir suplementos nutricionales de acuerdo con la condición o deficiencia del cuerpo. Es por lo que debes siempre acudir a tu médico para que te ayude con los que podrías tomar. Los suplementos nutricionales incluyen vitaminas B12, D3, K2, omega-3 de algas. Así como también magnesio, zinc, selenio, microminerales, probióticos y más.
Movimiento regular
Estar en movimiento es otro factor muy importante para mantener un sistema inmune fuerte. El movimiento regular del cuerpo puede disminuir el desarrollo de anticuerpos causados por el estrés. Y aumentar considerablemente la cantidad de células inmunes en el cuerpo. La inmunidad, sin duda se puede mejorar con ejercicios moderados. Los entrenamientos moderados estimulan las células Th o las células T inmunes, lo que ayuda a disminuir el riesgo de contraer infecciones y virus.
Aire fresco
Respirar aire fresco limpia nuestros pulmones, aumenta el contenido de oxígeno y también mejora el intercambio de gases de nuestro cuerpo. Cabe mencionar que, el oxígeno contribuye y mejora la función de los glóbulos blancos. Por lo que los hace estar en mejores condiciones para manejar los virus.
Tomar agua
Consumir entre un litro y medio o dos litros de agua pura con una mínima cantidad de impurezas, es sin duda alguna muy importante para el cuerpo. El agua no solo hidrata las células de nuestro cuerpo, sino que también ayuda a disolver varias sustancias tóxicas. Por lo que mejora la destrucción de algunas materiales residuales del cuerpo y eleva la inmunidad.
Descanso y recuperación
Cuando el cuerpo se sobrecarga de trabajo y no se recupera lo suficiente, su vitalidad se reduce. Nuestro cuerpo se debilita poco a poco y el sistema inmune se vuelve más vulnerable. La falta de sueño completo, especialmente en las horas previas a la medianoche, perjudica la recuperación del sistema nervioso. Y esto puede llevar a una función inmune débil.
Diversos estudios indican que, cuando dormimos lo suficiente, se eleva la producción de células T inmunes. Por el contrario, la falta de sueño conduce a una disminución de las citocinas. Estas son moléculas que se producen y liberan durante el sueño. Las cuales detectan infecciones, inflamaciones y virus en el cuerpo y envían una señal para que así se produzca una respuesta inmune.
Sol y vitamina D
Como ya sabrás, la exposición diaria a la luz solar, por lo menos durante 15 o 20 minutos, es muy importante para la inmunidad. Eleva los niveles de vitamina D, la cual regula el sistema inmune y las células T. La vitamina D3 es fundamental ya que contribuye a la producción del péptido antimicrobiano. Si por alguna razón, no puedes exponerte al sol, lo más recomendable es incluir la vitamina D3 como suplemento dietético.
Hábitos de higiene
Por supuesto que es básico el seguir una buena higiene externa, como el lavado regular de las manos con agua y jabón. Así como el baño diario y la limpieza de dientes. Sin duda, la higiene es fundamental para la prevención de enfermedades causadas por varios tipos de virus, bacterias y patógenos.
Practicar la meditación
La meditación en verdad, es uno de los mejores métodos probados y comprobados para lidiar con el estrés. Un estudio realizado indicó que el meditar, a largo plazo, podría tener beneficios sobre el cerebro y también en la función inmune. Es uno de los hábitos de vida saludable para la salud en general.
Otro estudio afirma que la meditación puede disminuir los efectos del envejecimiento celular ocasionado por el estrés. Ayuda a la función inmune y disminuye la pérdida de neuronas, así como otros cambios degenerativos asociados con el deterioro cognitivo o el deterioro del estado de ánimo.
¿Qué daña la función del sistema inmune?
Claro que, así como hay hábitos de vida saludable que ayudan a que el sistema inmune funcione de manera optima, también hay factores que lo deterioran de manera considerable.
Algunos alimentos y productos procesados
Según una investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud, el consumo de carne roja se vincula con el desarrollo de algunos tipos de cáncer. El pescado es rico en colesterol y es probable que contenga dioxinas, mercurio, bifenilos policlorados y otros contaminantes tóxicos que impiden y agotan las reservas de células inmunes.
Los huevos pueden contener una amplia variedad de bacterias dañinas como Salmonella, Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Bacillus serelus y otros. Estas bacterias liberan toxinas, que podrían ser contagiosas y empeorar el sistema inmune. Para algunas personas, la clara de huevo les produce una respuesta inmune causando una reacción alérgica.
Los productos lácteos, más que todo la leche manufacturada, posee altos niveles de estrógeno y progesterona. Esto eleva el riesgo de mujeres con enfermedades autoinmunes como lupus, esclerosis múltiple y más. Según, también existe un alto riesgo de que incluso la leche pasteurizada se infecte con una bacteria paratuberculosis. Lo cual puede llevar a la diabetes tipo 1, la cual también es una enfermedad autoinmune.
El alcohol
Cabe mencionar que, el alcohol tiene contacto directo con el tracto gastrointestinal, por lo que destruye las bacterias buenas y altera su microbioma. Esto afecta la función del sistema inmune, ocasionando la mala comunicación entre microorganismos y el sistema inmune intestinal.
La nicotina
Bien sea los cigarrillos convencionales o los electrónicos, de igual manera se está expuesto a la nicotina. Aumenta los niveles de cortisol, al mismo tiempo que bloquea la formación de anticuerpos de células B y la respuesta de las células T inmunes a los antígenos.
Las medicinas
El consumo excesivo de antibióticos, corticosteroides y otros que reprimen la respuesta inmune, también lo debilita. Ocasionando el desarrollo de infecciones fúngicas. Al ingerir muchas de estas medicinas también interrumpe la mucosa intestinal, cargan el hígado. Al igual que desequilibran el entorno natural de todo el sistema digestivo, lo que perjudica el funcionamiento del sistema inmune.
Productos químicos sintéticos
Todos los productos químicos sintéticos, tales como pesticidas, herbicidas y desechos industriales y más, activan los receptores que dañan a los linfocitos. Esto desarrolla diversos efectos sobre las células theta y beta contra los antígenos. Ocasionando de igual manera a la perdida de la correcta respuesta inmune.
El estrés
Según el Instituto Nacional del Cáncer, el estar constantemente expuesto al estrés puede afectar al sistema inmune. Bajo el estrés, el cerebro empieza a estimular la secreción de la hormona llamada cortisol. Que interfiere con el funcionamiento normal de las células T inmunes.
El estrés también eleva la acidez en el cuerpo, lo que provoca más inflamación y problemas con el sistema inmune. Todo esto por supuesto, hace que seas más sensibles a los resfriados, alergias y a contraer enfermedades gastrointestinales y autoinmunes. Trata de adoptar hábitos de vida saludable para prevenir el estrés y sus consecuencias.
El sistema inmune es fundamental para la buena salud y bienestar de nuestro cuerpo. No solo debes estar pendiente de una buena alimentación. Sino son los hábitos de vida saludable que debes adoptar para estar bien. La alimentación, el ejercicio, el descanso, el aire fresco.
El estar tranquilo y sin estrés, el sol, la buena higiene y la meditación. Son hábitos de vida saludable que te darán bienestar y prolonga tu vida mucho más. Recuerda que la única diferencia entre las personas sanas y las que son susceptibles a infecciones es el buen funcionamiento del sistema inmune. Debes pensar en un futuro y cambiar tus hábitos de vida a uno mucho más saludable para así mantener tu sistema inmune en optimas condiciones.