Arte urbano que embellece Lyon
El arte urbano es una tendencia cada vez más en boga. No son pocos los artistas que, aunque especializados en otros tipos de expresiones culturales, también se implican con esta moda.
Y es que precisamente el antiguo afán de plagar las calles y muros con grafitis está dando paso a una nueva forma de arte urbano como expresión. Esta manera de entender el embellecimiento de los espacios públicos desde una perspectiva más bien outsider, potencia la creatividad de cada vez más profesionales del arte.
Antes de continuar, es muy importante tener en cuenta la diferencia entre arte urbano y grafitis, tal como establece la Wikipedia de forma acertada. Siendo el arte urbano la obra que trata de comunicar al mundo mediante dibujos en paredes lo que pasa en la sociedad, comunidad y peligros. Mientras que los grafitis son aquellos grafos que realizan un grupo de integrantes que mantiene un código entre sí, puesto en paredes o en lugares baldíos, y generalmente considerado como vandalismo.
Ejemplos de arte urbano lo encontramos en el caso de CAL, un artista francés, originalmente enfocado a la pintura tradicional. Hace poco decidió sumarse a la tendencia, y va haciendo de Lyon (donde actualmente reside). Así, muchas de las calles de Lyon presentan un aspecto rejuvenecido.
Lo que tiene de especial este artista es que su arte urbano refleja cierto pragmatismo. Esto se sostiene en que emplea los elementos previos (lozas, cornisas, etc.) y funde su arte en ellos.
Tal cosa puede apreciarse en esta inicialmente aburrida loza, ahora convertida en una báscula como la que la mayoría de nosotros tenemos en nuestro baño.
La cornisa convertida en una bailarina de ballet…
Y así podríamos estar durante líneas y líneas describiendo cada una de las maravillosas obras con la que CAL deleita a los vecinos de Lyon.
Hay que tener muy en cuenta que Lyon es una ciudad famosa, pero pequeña. Apenas cuenta con poco más de medio millón de habitantes. Ciudad turística de Francia por antonomasia, el aspecto de esta localidad evoca un sentimiento fundamentalmente clásico. Poco que ver tiene con el estilo arte urbano que definimos hoy día.
Arte urbano repleto de reflexión
Volviendo al trabajo de CAL, si bien no es todavía un referente del arte urbano famoso, su trabajo en este ámbito sí que da la talla. Su forma de desviar la naturaleza previa del mobiliario urbano trae a la mente el estilo rompedor del artista polaco Pawel Kuczynski (abajo).
Si bien CAP aborda una visión más jocosa de la realidad que le rodea, frente al existencialismo de Kuczynski, ambos comparten ese aire de cinismo. Ojo, no hablamos de cinismo en clave negativa, sino como un elemento refrescante frente a una gris y encorsetada realidad que damos por sentado.
No obstante, fuera de su muy vistosa incursión en el arte callejero, CAL hace uso de sus ingentes dotes en el arte que podríamos considerar como más tradicional. Cabe señalar que dispone de dos perfiles de Instagram separados; uno para sus creaciones en las calles de Lyon, y otro para sus obras en acuarela.
Grandes artistas
La historia nos demuestra que los artistas consumados son aquellos que experimentan con distintos tipos de arte. Por ejemplo, Picasso, famoso por sus cuadros abstractos, en sus inicios como pintor nos legó obras sumamente hiperrealistas.
Curiosamente las acuarelas de CAP rompen con el estilo juvenil que expresa sobre el concreto. Paisajes naturales, apacibles y armoniosos con la constante en sus no pocas exposiciones. La vida sencilla, el retorno romántico a esa época en la que el hormigón todavía no era el amo y señor.
Quizá esa sea ese el leitmotiv de este artista urbano, el punto de conexión entre sus distintos artes. La inconformidad frente al dominio cuadriculado, frio y absolutista del gris hormigón.
Y ya que estamos hablando de arte urbano, y especialmente de Lyon, resultaría pretencioso afirmar que CAP es el único referente de la localidad. Precisamente, esta es famosa por sus pintorescos frescos.
Más que guiños jocosos, lo más visible en Lyon son los sus murales. Claramente dispuestos con una intención turística, evocan un estilo de arte urbano clásico, enfocado en el día a día de una pequeña y entrañable ciudad.
Por si lo clásico no queda claro, si uno se fija notara de inmediato que todas las puestas en escena de dichos murales corresponden a finales del siglo XIX y principios del XX. Y es que este romanticismo, del que ya hemos hablado en referencia a otras obras, parece ser la constante del todo el arte de nuestro tiempo (con excepción, quizá, del llamado arte alternativo).
La excepción americana
Curiosamente esto es así en el ámbito europeo, mas no en el americano. Una leve comparación entre distintos países hispanos que componen el continente, como por ejemplo Argentina y México, nos evocan precisamente un afán más bien postmodernista.
También hay que tener muy en cuenta que si bien todas estas formas de arte urbano que emplean los muros como lienzo tienen una finalidad constructiva, otras no. Desde hace muchas décadas, los grafitis que consisten en simples rayones o firmas han constituido un serio dolor de cabeza para los ayuntamientos.
Y es precisamente donde se pone sobre la mesa otro de los grandes valores que aportan las obras de estos auténticos artistas. Por lo general, la creación de murales bien trabajados, de guiños como los de CAL, y un largo etcétera de ejemplos de arte urbano, son el repelente más efectivo frente a los grafiteros.
Al fin y al cabo existe un código tácito e intrínseco entre todas las personas consideras a si mismas como artistas. Dicho esto, resulta comprensible el respeto que incluso los grafiteros mantienen hacia las obras artísticas (callejeras) ajenas.
En todo caso el arte urbano tampoco es una cosa de hoy en día. Baste fijarse en las culturas egipcia, griega, romana y maya entre otras, para concluir que los murales son algo muy propio de la especie humana.